Primero, los volcanes y el Volcán Arenal, rey de los volcanes que simplemente nos impresionó. El Volcán Poás, secreto y magnífico. Pero también nos sorprendió lo amistoso de los costarricenses, y la calidad de los hoteles que visitamos, gracias al trabajo de su agencia. Finalmente, la belleza de las flores, del paisaje y lo único de los animales que pudimos ver.